Ambiente óptimo para el estudio en la escuela

Las escuelas son centros de enseñanza donde los alumnos deben estar en las mejores condiciones posibles para asimilar todos los conocimientos impartidos por los docentes. En definitiva, que todos puedan llevar a cabo la actividad académica en óptimas condiciones. La calidad del aire, ventilación, temperatura, iluminación, acústica y el tamaño de la escuela y de las aulas son algunos de los atributos a tener en cuenta. Será fundamental a conseguir un ambiente de aprendizaje tranquilo, cómodo y seguro.
Para adaptar de forma adecuada la iluminación a las necesidades de los escolares y profesores, se recomienda aprovechar al máximo la luz natural, tener en cuenta en la colocación de los focos o fluorescentes, así como la posición y orientación de los pupitres, la situación y proximidad de las ventanas, la altura del techo y la situación de la pizarra. Evitar los colores blancos en paredes y suelos, ya que pueden convertirse en superficies deslumbrantes.
Por otro lado, la contaminación acústica está presente en muchas escuelas y es un problema que se debe solucionar cuanto antes. No puede ser que una clase moleste a la otra, esto dificulta la concentración. Algunas sencillas pautas pueden prevenir esta situación: diseñar las aulas con materiales de revestimiento que sean absorbentes, colocar parches de fieltro en las patas de mesas y sillas para que no hagan ruido al desplazarse, que el personal de mantenimiento revise de forma periódica el mobiliario con el fin de reparar cajones, mesas o sillas desniveladas. Programar los horarios de recreos o actividades al aire libre de forma que no moleste a las aulas próximas donde se imparten clases.
Finalmente, la temperatura debe estar comprendida entre 17°C y 27°C. Si se utilizan sistemas de calefacción o de aire acondicionado, evitar que se generen temperaturas excesivas tanto al alza como a la baja. En los meses de calor, procurar mantener las persianas o cortinas de las aulas bajadas. Comprobar que cierren bien las ventanas y puertas para evitar el paso de corrientes de aire. Así como airear todos los días las aulas para descongestionar el ambiente que posiblemente estará sobrecargado de tantas horas lectivas.





