La educación es un derecho de todos, sin importar cuál sea nuestro origen, clase social, étnia o poder adquisitivo. La enseñanza forma parte de ese grupo de derechos humanos y fundamentales que todas las personas tenemos, o mejor dicho deberíamos tener, ya que en nuestra sociedad existen muchos colectivos excluidos y marginados a quienes se les niegan estos y otros muchos derechos.

Afortunadamente existen proyectos como es el caso de la Fundación la Caixa que trabajan al servicio de las personas que más ayuda necesitan. Uno de sus programas más destacados, entre otros muchos y no por ello menos importantes, son las becas destinadas a reclusos a quienes brindan la oportunidad de empezar una nueva vida.

Este programa de becas está dirigido a internos en centros penitenciarios de nuestro país que están acogidos al segundo o tercer grado. Y la finalidad de las becas es ofrecer a los reclusos conocimientos y habilidades profesionales para que puedan conseguir un buen empleo, cuando cumplan su condena. Asimismo, también tratan de inculcar a los reclusos la asunción de ciertas obligaciones imprescindibles en un trabajo estable.

Por lo que se refiere a los servicios que se ofrecen, las ayudas incluyen gastos de formación, como por ejemplo el desplazamiento desde el centro penitenciario, la dieta alimenticia de la jornada de formación de ese día y una beca-salario mensual, que se otorga siempre que se cumplan una serie de requisitos, tales como la asistencia y el aprovechamiento de la formación.

Hay que destacar que la formación se imparte fuera del centro penitenciario de manera semi-laboral para que los participantes puedan acostumbrarse poco a poco a todas las obligaciones que deberán asumir cuando consigan un trabajo. Los que superen el curso de formación podrán pasar a los correspondientes programas de acompañamiento para su posterior inserción laboral, donde se apoyará a los candidatos a la hora de encontrar un empleo a su medida.