Una vez terminada la educación primaria, muchos de los alumnos se encuentran con el que será su primer desafío académico, como es el paso del colegio al instituto para cursar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
Este cambio supone que el alumno se va a encontrar con cambios en su forma de aprender, de estudiar, una mayor dificultad de las asignaturas… por ello es necesario que, especialmente en Primero de la ESO, los padres vigilen el progreso del niño para asegurarse que asume este cambio sin problemas.
Uno de los primeros cambios a los que se enfrentan es a tener un profesor por cada asignatura, cuando en el colegio solían tener uno para la mayoría de ellas. Esto supone adaptarse a varios estilos de enseñanza, cambios en los modos de evaluación y sistemas de trabajo.
También deben enfrentarse al hecho de dejar atrás a sus amigos del colegio atrás y encontrarse con nuevos compañeros, lo que puede resultar más duro para aquellos niños que tienen más dificultades a la hora de relacionarse.
Otra de las dificultades es el mayor número de asignaturas que tendrán que cursar, como son Ciencias de la naturaleza, Educación Física, Ciencias Sociales, Geografía e Historia, Lengua Castellana y Literatura, Lengua extranjera, Matemáticas, Educación Plástica y Visual, Música, Tecnologías, Educación para la Ciudadanía, tutorías, etc.
Es importante, para facilitar esta transición, que los padres participen y se integren en la vida escolar, acudan a las reuniones de padres, entrevistas con los tutores, etc. De ese modo les resultará más fácil hacer el seguimiento de la adaptación del niño al Instituto.
También deben ayudar a su hijo a organizar su tiempo de estudio, elaborando un horario, manteniendo un ambiente de estudio y facilitándoles toda la ayuda que el niño pueda necesitar para superar las asignaturas.