Cómo ayudar a un niño a aprender otro idioma

Los niños tienen una gran capacidad para aprender idiomas de un modo casi natural. Cuando son pequeños aprenden así su lengua materna y, si sus padres hablan distintos idiomas, aprenderán ambos con la misma facilidad. Por ello, el mejor momento para que aprendan un idioma es cuando son pequeños, porque no les supondrá ningún esfuerzo, a diferencia de lo que nos ocurre cuando somos adultos.
Cuando enseñemos un idioma a un niño no debemos olvidar que el aprendizaje debe ser divertido, convirtiéndolo casi en un juego, para que le niño disfrute con dicho aprendizaje, sin intentar acelerar el proceso. Lo ideal es dedicar al aprendizaje del nuevo idioma unos quince o veinte minutos al día, mediante libros o actividades que despierten el interés en el niño. Es muy importante utilizar ayudas audiovisuales, ya que van a facilitar el aprendizaje.
Si queremos que el niño aprenda en una academia o escuela, deberemos elegir una que se adecúe a la edad y al nivel de formación del niño, para que el ritmo de aprendizaje en el colegio y en la academia sean similares, sobre todo si el niño estudia también el idioma en el colegio.
Para estimular el aprendizaje, es aconsejable que los padres sean capaces de comunicarse en ese segundo idioma con el niño, ayudarle a resolver sus dudas e interaccionar con él. Por ello cuando el niño aprende es un buen momento para que los padres refuercen o aumenten el conocimiento en dicho idioma.
Es importante estimular las conversaciones del niño en la segunda lengua, ya sea con los padres, con amigos o con compañeros del niño. De esta forma, el niño aprenderá a expresarse con mayor facilidad y disfrutará más al compartir el aprendizaje.





