Estudiar activamente para mejorar la concentración

Recuperar el hábito de estudiar después de las vacaciones no resulta nada fácil. Incluso los estudiantes más aplicados se las ven y se las desean para encontrar la motivación necesaria para ponerse delante de los libros de cara a aprobar el nuevo curso. Aparte de esto, otro de los hechos que suelen desmotivar a los estudiantes es estudiar de una forma completamente pasiva, sentados delante del libro y memorizando sus contenidos, luchando por mantener una concentración que cada vez logran con mayor dificultad.
Una de las formas de evitar esto es estudiar de un modo más activo y una de las actividades que más nos van a ayudar es escribir. Esto no significa que tengamos que copiarnos la materia en un cuaderno, sino que podemos utilizar diferentes recursos que nos permitan concentrarnos con mayor facilidad.
Mientras estudiamos, podemos realizar mapas conceptuales. En estos mapas recogeremos las ideas principales y secundarias que queramos recordar del texto, con la ventaja de que podemos utilizar colores, flechas, y distribuir las ideas en el papel del modo que más nos ayude a recordarlas. La creatividad que requiere un mapa conceptual contribuye a hacer el estudio mucho más dinámico y divertido.
Si somos más tradicionales, podemos utilizar el esquema. Cuidaremos bien de distribuir las ideas en orden de importancia, de forma que sea un recurso que podamos utilizar mientras repasemos. Lo ideal es que con un golpe de vista identifiquemos el contenido del tema. Además, al realizar el esquema tenemos que leer y sintetizar la materia, lo que nos va a ayudar a fijarla con mayor facilidad.
También podemos tomar notas mientras vamos leyendo. No es aconsejable escribirlas en los márgenes del libro, ya que queda muy recargado de cara al repaso. Lo mejor es utilizar post-it en los que ir recogiendo las ideas más importantes que nos van a servir tanto para memorizar como para repasar.





