Estudiar en grupo
Por muy buenos estudiantes que seamos, estudiar es una actividad que a veces se hace muy cuesta arriba. Sentados delante de los libros, nos vemos incapaces de encontrar la motivación necesaria para memorizar los temarios, cualquiera que sea el examen para el que nos preparemos. Una de las formas en que podemos combatir esto es crear un grupo de estudio, una práctica muy extendida en los países anglosajones. Eso sí, hay que dirigirla bien para que no se transforme en una tarde con amigos, pero si lo hacemos de forma organizada, nos daremos cuenta de que es una forma de estudiar que nos puede reportar grandes ventajas.

Lo primero que deberemos hacer es escoger a nuestros compañeros de estudio. Es importante que sean responsables, que estén organizados y, sobre todo, que estén interesados en el estudio. De ese modo todos los miembros del grupo perseguirán la misma meta, aprobar los exámenes y será más sencillo conseguir los objetivos individuales.

También es necesario elegir un lugar de estudio donde quepan cómodamente todos los miembros del grupo y que tenga el menor número de distracciones posible.

Una vez determinados estos aspectos, lo ideal es comenzar por una primera reunión del grupo donde se va a fijar el plan de estudio. En él deberemos recoger los días y el horario de estudio, que debe ser respetado en la mayoría de posible, así como determinar los periodos de descanso. También es necesario que, entre todos, tengamos acceso a todos los materiales necesarios para preparar la sesión de estudio.

Si realmente todos los miembros del grupo se comprometen con el estudio, nos daremos cuenta de que es una experiencia fructífera, además de divertida a la hora de estudiar que nos va a permitir superar los exámenes con mayor facilidad.