Estudiar fuera de casa

Bien sea porque en el municipio donde residen no exista universidad o porque los estudios que desean cursar sólo se ofrezcan en determinadas ciudades, son muchos los estudiantes que, al iniciar los estudios universitarios se ven obligados a abandonar sus hogares y desplazarse a otra ciudad a cursar sus estudios.
La primera duda que surge en este caso es saber dónde se va a alojar el estudiante. Dependiendo del poder adquisitivo de los padres, existen diferentes opciones, como son colegios mayores, pisos compartidos, acudir a casa de un familiar que resida en dicha ciudad o incluso compartir piso con una persona mayor.
Esta búsqueda puede ser facilitada en muchos casos por las universidades, que suelen tener páginas webs dedicadas al alojamiento de los estudiantes, donde se puede encontrar una amplia oferta. También las páginas webs inmobiliarias suelen contar con un apartado de pisos compartidos donde se pueden encontrar muchos alojamientos disponibles a precios que se adaptan casi a cualquier economía.
Otra opción es, si se tiene la fortuna de que son varios amigos quienes cambian de ciudad para estudiar, alquilar un piso entre varios, de forma que el cambio resulta menos duro, porque todas las novedades se afrontan con gente conocida.
Se debe ver siempre este cambio como una oportunidad y no como algo traumático. Cambiar de ciudad supone conocer diferentes costumbres, gastronomía, modos de vida, más aún si el cambio supone viajar al extranjero, donde además tendremos la oportunidad de aprender y adquirir fluidez en una lengua extranjera.
Es importante que los jóvenes que se desplazan a otra ciudad tengan paciencia y flexibilidad para hacer frente a los desafíos que les va a suponer la convivencia con diferentes personas en distintos ámbitos, sobre todo si comparten piso con personas desconocidas. Afortunadamente, hoy día superar la nostalgia que produce dejar atrás a amigos y familiares es mucho más sencillo gracias a las nuevas tecnologías.





