Cómo detectar el déficit de atención en el niño
Uno de los factores que más puede incidir en el fracaso escolar es que nuestro hijo sufra un déficit de atención, un trastorno que aparece en la infancia y que le impide seguir el ritmo de la clase y de los estudios como sus compañeros. Para evitar esto y ayudar al desarrollo del menor, es aconsejable determinar cuanto antes si el niño padece esta dolencia, con lo que conseguiremos que el pronóstico de la evolución del trastorno sea mejor.

Es importante tener en cuenta que, aunque podamos observar algunos síntomas que nos pueden llevar a pensar que lo sufre, el diagnóstico final siempre lo debe hacer un especialista.

Este trastorno aparece propiamente a partir de los cuatro años de edad. Los síntomas que indican que un niño puede estar sufriendo un déficit de atención son los siguientes:

- Parece que no escucha cuando le hablamos directamente. Por ello, tienen dificultades en procesar la información que se les transmite y lo que han aprendido.

- Tiene dificultades en terminar aquello que empieza.

- Les resulta muy difícil acatar las reglas y esperar su turno para realizar cualquier actividad.

- Se distrae fácilmente y no se organiza antes de realizar diferentes actividades.

- Pierde u olvida lápices, bolígrafos, gomas, etc. e incluso prendas de vestir.

- Les resulta muy complicado seguir hábitos como lavarse los dientes, recoger su ropa, sus juguetes o sus libros del colegio.

- Tiene muchas dificultades para concentrarse en las tareas en las que se debe mantener la atención durante un tiempo, ya sean escolares o no. Esto les lleva a evitar actividades que requieren concentración y esfuerzo mental.

Si efectivamente el niño padece déficit de atención, será necesaria una actuación conjunta de padres y profesores para ayudar al niño a superarlo.