
Habitualmente se ha ligado el fracaso escolar a la falta de esfuerzo y dedicación del estudiante. Los suspensos tenían su origen en que no se estudiaba y pocos maestros y padres indagaban otras posibles causas de este fracaso.
Actualmente, sin embargo, se considera que el fracaso escolar no depende sólo del esfuerzo del estudiante, sino de muchas otras variables, tanto en la escuela como en el hogar. Por ello, los expertos han diseñado una serie de pruebas que pueden ayudar a predecir el fracaso escolar y, en caso afirmativo, a poner las medidas necesarias para que éste no se produzca.









