
Debería ser muy importante trabajar la educación emocional en todas las escuelas para intentar prevenir el acoso escolar, o también llamado Bullying. Quizá si se trabajase la educación emocional, se podría trabajar y potenciar la empatía en los alumnos y evitar de este modo este tipo de circunstancias que hacen la vida imposible a niños y niñas dentro de las aulas. Es importante que los profesores estén atentos a las posibles señales para detectar el acoso escolar en el aula, y por pequeños que sean los indicios hay que actuar cuanto antes.
Bullying
Nos encontramos ante acoso escolar o Bullying cuando existe maltrato físico, verbal o psicológico entre compañeros, (es decir, en el grupo de iguales) en la escuela de forma continua. Comúnmente el niño agresor intimida al compañero y víctima, de forma psicológica o físicamente. Es común que sea el líder de la clase que acostumbra a rodearse de seguidores que le siguen el juego que posiblemente de forma individual no llevarían a cabo. En el lado opuesto, la víctima suele ser un alumno sumiso, que alguna diferencia que le destaca o simplemente porque se ha convertido en la diana de insultos y vejación.
Las víctimas sufren fobia escolar, baja autoestima, insomnio, falta de apetito, trastornos estomacales, ansiedad, miedo y un largo etc. Pueden desarrollar aislamiento, falta de interacción, mutismo…incluso las relaciones con su familia se pueden ver afectadas. En ocasiones las víctimas ocultan estas agresiones tanto a la familia, amigos y profesores por miedo a su agresor o incluso por vergüenza. El aprendizaje de la víctima se puede ver truncado a causa del acoso continuo, incluso llegando con el tiempo, al abandono escolar o incluso a una alteración de la personalidad. Por eso es tan importante estar atento tanto en casa como en la escuela.

Afrontarlo desde el aula
Después de observar la situación desde la postura del profesor, debes dar un paso más. Preguntar al alumno en el aula que pensamos que es la víctima no suele funcionar porque puede negarlo rotundamente por vergüenza o por miedo. Es buena idea buscar un momento donde podamos hablar con este alumno, como alguna actividad extraescolar, donde podamos mostrarle nuestra confianza y él no se sienta cohibido. Si nuestras sospechas son corroboradas, habrá que avisar de inmediato a la dirección del centro así como al departamento psicopedagógico para cambiar la situación que sufre el alumno.
Desde el departamento psicopedagógico el alumno debe estar atendido para poder conseguir su mejora y poder sobrellevar estos actos y que pueda avanzar en su desarrollo académico y psicológico. También es importante trabajar con el alumno acosador. Como maestro debes reunirte con los padres del agresor y de la víctima para que sepan lo que ocurre en la escuela y se pueda actuar de forma conjunta (escuela – casa) para poder acabar con la situación conflictiva. Los padres del agresor tienen que implicarse en la resolución del problema. En el aula sería adecuado que trabajes la educación emocional y la empatía entre alumnos. Buscando actividades como de role-playing donde los alumnos puedan empatizar entre iguales y mejorar su convivencia.
Recuerda
No confundas el bullying o acoso escolar con los posibles altibajos que puedan tener las relaciones entre iguales, sobre todo en pre adolescentes o adolescentes. En estas edades se pueden dar con más frecuencia conflictos y malas relaciones entre iguales, los problemas de comportamiento o disciplina. Pueden ser perturbadores pero no llegan a generar violencia. Aunque también si ves que se complica y lo detectas en el aula, también se debe intervenir. Lo esencial para evitar el acoso escolar es la prevención. No es normal que entre escolares haya este tipo de conflictos, por tanto, es adecuado trabajar la educación emocional en el aula.









