Pocos placeres existen comparables a relajarnos en casa, en el campo o en la playa disfrutando de un buen libro, abriéndonos a los mundos de fantasía que los escritores ponen a nuestro alcance. Sin embargo, en una sociedad como la actual, cada día más tecnológica, a veces se hace muy difícil inculcar en nuestros hijos el hábito de leer, lo que puede suponer una gran pérdida tanto para su formación y educación como para su diversión.

Uno de los aspectos más importantes para crear este hábito es seleccionar libros adecuados para el niño. Si no le gusta el libro que está leyendo, difícilmente asociará la lectura con una experiencia placentera. Por ello, una buena idea es acudir con nuestros hijos a las librerías y dejar que ellos escojan, siempre con nuestra supervisión, el libro que les gustaría leer. De este modo lo harán más motivados y será más sencillo que sientan aprecio por la lectura.

Aunque no es requisito indispensable, es mucho más sencillo que el niño adquiera este hábito si nosotros también leemos. Los niños aprenden muchas conductas por imitación, y la lectura no es una excepción. Sobre todo si leemos en un entorno agradable, en el que tanto el niño como nosotros nos sintamos tranquilos, con buena iluminación y, si queremos, escuchando un poco de música suave para conseguir un mayor efecto relajante.

Otro de los métodos para ayudarles a crear este hábito es leerles cuentos antes de ir a dormir, por la noche. De ese modo aprenden que en los libros se recogen historias que hacen nacer emociones en nosotros y volar la imaginación, facilitando en gran medida que los niños, motu proprio, vayan adoptando este hábito.