Cómo aprender a leer más rápido

Casi todo está escrito en alguna parte. Si algo no está escrito es que no existe. Por lo tanto es fundamental aprender a leer más rápido y poder aprovechar más el tiempo sin que se nos escape nada importante del texto. Para conseguirlo, lo fundamental es la concentración. Mira la página como si fuera una foto, luego busca palabras destacadas en negrita, en cursiva o subtítulos, ya que nos ayudan a estructurar la información y poder encontrar lo que estamos buscando. De este modo, de un simple vistazo vas a ver lo más relevante de la lectura.
Tampoco se recomienda leer en voz alta ni susurrando. La mente va más deprisa que el sonido y leer en voz alta te obligará a detenerte en más de una palabra para pronunciarla correctamente, al final terminaremos por perder tiempo. Si puedes utiliza el dedo para leer, es una técnica un poco infantil pero que va muy bien para no volver a mirar atrás.
Para darle un vistazo rápido a un documento no debes leer en línea recta. Es mejor ir subiendo y bajando la vista por la página. Lo más eficaz es leer los párrafos en diagonal, con esto se consigue que la mente esté muy despierta porque se mueve la vista por toda la página y se retienen mejor las palabras. Esto te permitirá tener una idea más detallada del contenido.
Otro truco consiste en empezar a leer la primera frase de cada párrafo, sin detenernos y saltando las líneas de dos en dos. Si algún concepto no lo entendemos, es posible que más adelante descubramos lo que es. Finalmente, si disponemos de un lápiz o subrayado, podemos ir marcando los conceptos que consideres de mayor interés para su posterior lectura rápida.



























































