Los idiomas más difíciles de aprender
Estudiar otro idioma además de tu lengua materna es prácticamente imprescindible si quieres conseguir un trabajo importante en tu vida, y mucho más si te gusta viajar y quieres conocer otros países. Lo más habitual, en el caso de los españoles, es estudiar inglés, pero también hay muchísimas personas que se decantan por el francés y el alemán, que es probablemente el que más ha crecido en los últimos años.

Hay idiomas cuyo aprendizaje no es muy complicado, pero hay otros que puede llegar a ser realmente complicado, especialmente si no se te dan bien. Hoy me gustaría hacer un repaso a los idiomas más difíciles para estudiar, aquellos que no debes elegir si eso de hablar en una lengua que no es la tuya no es algo que se te dé bien. En ese caso, opta por alternativas más sencillas y que son también de presente y futuro.

Los más difíciles de aprender

– Chino mandarín: es el idioma más hablado del mundo, básicamente por ser China el país con población mundial mayor a cualquier otro, tanto como para que por mucho que se hable inglés o español en varios países, sigue siendo más. Es también el más complejo, e incluso quienes lo tienen como lengua materna tienen problemas para comunicarse en muchas ocasiones, especialmente con gente de otras regiones, ya que hay muchas variaciones.

– Árabe: su escritura es muy compleja, y aunque su alfabeto tiene 28 letras, cada una de ellas tiene 4 formas diferentes. Su gramática es también muy difícil de aprender, ya que se utiliza verbo-sujeto-objeto, y no sujeto-verbo-objeto que es a lo que estamos acostumbrados en español.

Los idiomas más difíciles de aprender
– Japonés: sin duda es un reto difícil para cualquier persona que quiera aprenderlo, ya que tiene 3 sistemas de escritura y entre 10000 y 15000 caracteres. No resulta complicado ni la estructura de las oraciones ni la gramática, pero su vocabulario y la estructura jerárquica hace que el conjunto sea realmente difícil.

– Ruso: la parte más difícil está en los acentos y lo irregular de su gramática. Sus palabras se crean de diversas formas y cambian completamente su significado con un prefijo o sufijo que se añada. Además, tiene dos tipos de consonantes: plana y palatalizada, lo que la hace más difícil.

– Estonio: su estructura gramática puede ser de 12 casos diferentes, siendo un caso cuando una palabra modula en función de su uso en la oración.

– Coreano: gran parte de sus caracteres proceden de los dialectos chinos, y para desenvolverte bien en el idioma debes memorizas 1000 hanjas, que es como se le llama a los caracteres.

– Húngaro: al igual que sucede en otras lenguas europeas, el húngaro no distingue géneros, y para marcar el significado se basa en prefijos y sufijos. Además de difícil, su aprendizaje resulta también pesado, siendo casi 250 formas que se tienen que aprender para nombrar cada sustantivo correctamente.