Aprender un nuevo idioma

Cuando somos niños, aprendemos los idiomas de forma natural. Cualquiera que sea el idioma de nuestros padres o del lugar en que vivimos, al poco tiempo podemos hablarlo con fluidez y corrección. Cuando somos adultos, el proceso de aprender un idioma resulta mucho más complicado y a veces incluso desalentador, ya que por mucho que nos esforcemos y mucho tiempo y dinero que invirtamos en ello parece que no aprendemos nada y que nunca llegaremos a poder dominarlo, con lo que a veces terminamos tirando la toalla.

El problema es que muchas veces no tenemos elección, porque, hoy en día, dominar un idioma es requisito imprescindible a la hora de acceder a un puesto de trabajo. En este caso, deberemos respetar nuestro propio ritmo de aprendizaje, utilizando los recursos a nuestro alcance que tenemos para mejorar y aprender a defendernos en dicho idioma.

Si no disponemos de mucho dinero para invertir en el aprendizaje, podemos utilizar cualquiera de los muchos cursos gratuitos y páginas web que existen en Internet para aprender todos los aspectos de una lengua extranjera, como gramática, vocabulario, expresión oral y escrita, comprensión oral, etc.

Suelen estar ordenados por niveles y nos van a proporcionar una buena base para continuar nuestros estudios.

Escuchar películas o la televisión en versión original también nos va a ayudar a que nuestro oído se acostumbre a los sonidos del nuevo idioma que estamos intentado aprender, aunque no comprendamos lo que se está diciendo.

También podemos realizar un curso en la ciudad en la que residimos, bien sea de forma presencial o a distancia, donde los profesores nos guíen en el proceso de aprendizaje.

Finalmente si tenemos oportunidad, podemos viajar a un país donde se hable el idioma que queramos aprender, ya sea a estudiar o trabajar. Si no podemos hacerlo, realizar intercambios lingüísticos con personas nativas de ese idioma que residan en nuestra ciudad es otra forma divertida y económica de hacerlo.