
Lo ideal sería que cada estudiante pudiera elegir libremente la profesión o la carrera que quiere estudiar, de acuerdo a sus gustos y a su vocación. Sin embargo, en realidad nunca es así, ya que existen muchos condicionantes que se ponen en juego a la hora de decidir qué estudios vamos a cursar, condicionantes que decantarán nuestra elección en un sentido o en otro.
En primer lugar estaremos condicionados por el prestigio que socialmente tenga esa carrera o profesión. Si está mal considerada, seguramente renunciaremos a ella, lo contrario que si está bien considerada por la sociedad.
También nos van a influir, sobre todo si no tenemos claro qué queremos estudiar, las elecciones de nuestros compañeros. Si alguno de ellos tiene una vocación muy clara y habla con entusiasmo de una determinada carrera, es muy probable que nos sintamos atraídos por ella.
























































